Dirección : Juan Taratuto
Adrian Suar
Valeria Bertuccelli
Argentina 2016
Nota :
Huevón (pronúnciese hueón) es un término empleado comúnmente en Chile para designar a cualquier individuo en general. Inicialmente se refería a las personas tontas o torpes, pero su significado se fue ampliando con el pasar de los años. Puede ser usado como sustantivo: “Ese hueón que va allá”, como adjetivo calificativo: “demasiado hueón”, como adverbio modificando a un verbo: “No te hagái el hueón”, como adjetivo superlativo: “Te pasái de hueón” y otros usos. Así también ha derivado en el verbo huevear, gerundio hueveando y participio hueveado, y que a su vez deriva en el sustantivo Hueveo. En la Argentina, este término, es reemplazado comúnmente por la palabra Boludo.
Con nuestros queridos hermanos-vecinos argentinos compartimos historia, cordillera, el gusto por las pastas, por el futbol, muchas otras cosas y además…amamos a Darín (y a Les Luthiers, … y a Charlie y a Fito y etc.).
Me casé con un Boludo (traducido al chileno como weon) es una comedia de mucho-mucho éxito en Argentina. Fue pensada, escrita y desarrollada, después del éxito arrollador de “Un novio para mi mujer” hace algunos años atrás, del mismo director, productor y elenco.
Podemos esperar entonces que esta mina de oro, en Argentina, se seguirá explotando …con la misma fórmula.
La premisa es simple:
Un actor muy famoso: Fabián Brando (¡¡¿no pudo elegir otro nombre artístico??!!) e insoportablemente petulante, engreído, soberbio, altanero, arrogante, jactancioso, presumido, fanfarrón y vanidoso (entre otros sinónimos que la riqueza de nuestro idioma nos ofrece), conoce a una actriz, filmando una película, se enamora y se casa.
Al poco tiempo (para ser exactos, en la luna de miel) ella se da cuenta que se casó con un “Boludo” ( Weón) con mayúscula.
El resultado de esta película es disparejo, no muy creíble, con buenas actuaciones y situaciones absurdas, pero humorísticas . Hay momentos emotivos y de alguna sensibilidad, aunque personalmente me costó dejar de odiar a ese Brando de caricatura.
Ella le cuenta a sus amigos cercanos que se enamoró del personaje tierno sensible y empático, y que luego descubrió su verdadera personalidad y no lo soporta. Él escucha la conversación. Como de verdad la ama, le pide ayuda al guionista para le escriba guiones y textos que usará en su vida de pareja.
Los personajes secundarios (amigos y cercanos) son buenos personajes, apoyan y de alguna manera se convierten en una especie de coro griego que contiene y remarca.
Como el amor verdadero es mágico, (eso es algo que el cine nos ha enseñado desde hace mucho tiempo… a pesar de que Disney y sus princesas son un ejemplo de traumas y daño psicológico), pero como el amor es mágico….Brando aprende su lección .
El milagro del teatro. Decir un texto escrito, con el contexto emocional adecuado funciona y el actor asume al personaje como propio. Y se convierte en un ser humano sensible y sencillo.
Es una comedia bastante básica, hecha para lucir a sus actores. Está llena de personajes que se representan a si mismos: Vicentico, periodistas de farándula, famosos de televisión, etc.
Puedo entender el gran éxito al otro lado de la cordillera… Como lo que fue en Chile, la película de Kramer o en su época las de Rumpy.
Por Sarita Ahumada Gallardo.