Siendo la cinéfila entusiasta que soy, estas cosas parecen un cruel juego del destino. ¿Qué clase de demonio decidió que yo, un 1 de enero, sin nada que hacer y viendo televisión random, me tuviese que enfrentar a esta…cosa? ¿Por qué me pasó esto?
Me pasó porque soy atolondrada y tengo fe en el ser humano. Me pasó porque si la película se llama “El Experimento” y aparece Adrien Brody, yo me equivoco y pienso que es la otra película que se llama así, que tampoco es tan buena, pero al menos hubiese sabido a lo que iba. No como en este caso. Y como ya han llegado hasta este párrafo, les hablaré de que va todo esto.
La primera escena de El Experimento, nos muestra a Adrien Brody jugando palitroque con una viejita, seguido de la segunda escena en que el mismo Brody está siendo despedido, dejando más o menos claro que el hombre trabajaba en un asilo de ancianos o algo por el estilo. En la escena tres, Brody va con una pancarta en una protesta por la calle, hace contacto visual con una rubia de trencitas, pasa algo de lo que no me acuerdo y se van a tomar una cerveza. La rubia quiere encontrarse consigo misma y se va a ir a la India (a ella nadie le ha dicho que para encontrarse a sí misma hay que ir hacia adentro, no hacia afuera, pero en fin). Adrien Brody también quiere ir pero no tiene plata. Encuentra una pega en el diario y decide postular, porque claro, quiere irse a la India. Con la rubia. De trencitas.
¿Por qué tanto detalle con estas escenas? Porque llevamos media hora de película y aún no sabemos qué demonios con el experimento. Pero sigamos.
El Experimento es un remake de la película Das Experiment, filmada en 2001 en Alemania, y hace referencia al famoso experimento de la cárcel de Stanford, en que dos grupos aislados de sujetos fueron puestos a prueba en los roles de “guardia” y “prisionero”, con espantosos resultados. Esta película nos muestra ese experimento por dentro, con todos los abusos, las sacadas de madre y las malas ondas que se dan en ambos grupos. El antagonista de Adrien Brody es Forrest Whitaker (sí, el mismo actor maravilloso y lleno de matices que tanto queremos), quien parte el juego como un tímido postulante y termina siendo el dictador de la cárcel, junto con otros corrosivos y estereotipados sujetos: Tenemos al emo mala onda, el lolo bonito adicto al sexo, el joven con cargo de conciencia, etc; mientras que por el lado de los buenos, están el hombre mayor sabio, el que quiere redimirse de la sociedad, el discriminado, el nerd (que dibuja historietas y no tiene novia, porque así son todos los nerds), y por supuesto, Adrien Brody, que tiene tatuajes pintados de calcomanía por todo el cuerpo y lleva pelo largo. Un rebelde, porque así son todos los rebeldes.
Con este casting de videojuego ochentero, vamos viendo como cada personaje se mueve desde su estereotipo. Brody llevando la pelota todo el rato y reclamando contra cada injusticia que se suscita, que son varias y bien terribles. Todos soportan las condiciones infernales porque desde el principio les dicen que si alguien hace algo fuera de la norma, no le pagaran a nadie y todos quieren recibir sus lucas, obviamente. El experimento dura 14 días y, hasta este punto, vamos recién en el día 1. Y honestamente, no sabemos si podemos soportar 13 días más de película.
En esta película pasan cosas, todas largas, fomes y sin sentido. No es posible abanderizarse con nadie porque todos los personajes son planos y, además, porque alguien hizo algo mal y cada vez que pasa algo terrible muestran a alguno de los protagonistas (cualquiera) poniendo cara de Clint Eastwood enojado y con eso es imposible tomarse en serio el sufrimiento de estos hombres.
Cuando terminó la película me sorprendí. Y es que pasa que amo las películas de 90 minutos porque siempre son cortas y dicen lo justo, a EXCEPCIÓN de este caso, en que los 90 minutos se me hicieron eternos y terminé con furia… Y ganas de matarlos a todos.
El Experimento es una película a la que no se le puede tildar de nada. No sé qué pretendían, desconozco cuál era el sentido de hacer esto y no sé cuál era el afán de los productores por generar este filme. Quiero pensar que Brody y Whitaker andaban cortos de lucas en esos días, porque si no, no me lo explico. Sólo me queda pedir que por favor, señores productores de Hollywood, denle mejores pegas a estos sujetos, no los hagan pasar por esto de nuevo. Ni a ellos, ni a nosotros. Gracias.
Por Alepin