Director: Gavin O’Connor

Escritor: Bill Dubuque

Protagonistas: Ben Affleck, Anna Kendrick, J.K. Simmons, Jon Bernthal

Ben Affleck es un actor que nos ha sorprendido muchas veces. En su tierna juventud como co-guionista con la maravillosa “Good Will Hunting” (1997) y ya más maduro como director en la excelente “Argo” (2012). También lo ha hecho como actor, pero por su poca prolijidad a la hora de elegir sus películas, porque, salvo “Gone Girl” (2014), la mayoría de sus films dejan mucho que desear.

“El Contador” no es la excepción. Al principio pareciera tener los ingredientes necesarios para ser una buena película: una buena trama, actores reconocidos, buena presentación de personajes y certeza de que en algún momento habrá un giro sorprendente, tipo “Los Sospechosos de Siempre” (1995).

El Contador

Nos presentan a Christian Wolff (Affleck) como un niño autista que, por su gran habilidad para las matemáticas, llega a ser contador estrella, que como tal se involucra con clientes con actividades ilícitas y peligrosas y quien, en sus momentos de ocio, es Súper Rainman, más peligroso y mortal que sus propios clientes.

¡No se hagan ilusiones! Porque como a Emmanuel, al director Gavin O´Connor también se le derrumba todo. En pleno desarrollo de la película los personajes emprenden un viaje sin retorno hacia la inconsecuencia.  Ray King (J.K. Simmons) quien al inicio es un convincente Agente de la Tesorería, se convierte en un estandarte de los clichés más viejos de Hollywood, apelando al sentimentalismo barato para vender su postura ante los hechos. Lo mismo Brax (John Bernthal), muy bien en su rol de un frío asesino, malo como pocos, pero que luego se nos cae y resulta ser más mamón que Batman cuando a la justicia se le ocurrió amanecer.

El Contador 2

Tal vez los personajes más estables son Danna Cummings (Anna Kendrick simpática ella, como siempre haciendo de Paz Bascuñan) y Jeffrey Tambor (da lo mismo el nombre de su personaje), el buen actor de siempre, pero que no alcanza para reparar una historia que se confunde consigo misma y personajes que pierden el fondo y la forma a medida que la película avanza. Incluso el tan esperado giro desilusiona y hasta quizás desbanca al más famoso de todos los giros: “¡Martha es el nombre de su madre!”.

“El Contador” emprende varios rumbos. Toca temas como la familia, el trabajo, el superheroísmo tan de moda, la importancia de tu pasado en tu presente.  Y el mejor y más novedoso de todos: el mundo del autismo. Si tan sólo los creadores hubieran elegido un rumbo y no todos. La codicia por hacer un film que pase a la posteridad es mas grande que las ganas de hacer la pega con precisión y cariño.

El Contador

Guionista, director y actor me dicen con palabras que el personaje es autista, pero yo veo una mala mezcla entre Sheldon (The Big Bang Theory), el Dr. House y Raymond (Rainman). Tanto así que Affleck, a ratos, no sabe como abordar a su propio personaje, lo que al principio parece que es parte del juego para preparar al espectador hacia el giro final, es en verdad poca investigación o poca preparación de personaje, o, peor aún,  definitivamente incapacidad del actor, guionista y director para armar un personaje creíble, con la  complejidad y profundidad que el tema amerita.

En lugar de impactar, la película raya en lo ofensivo, nos dice que una persona autista, gracias a sus capacidades únicas, puede llegar a convertirse en delincuente y ser capaz de una violencia consciente que aterra. Doble bofetada a un tema poco abordado por Hollywood. En lugar de explorar y entregarnos una visión que nos ayude a entender el mundo privado y de tan amplio espectro del Autismo, “El Contador” se va por el camino fácil de la violencia por la violencia, de enredos y explicaciones que no le importan a nadie y de lugares comunes demasiado visitados y decepcionantes.

Por Marisa Zúñiga

 

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