Si hay alguien que le tiene cero fe a la humanidad es Alex de la Iglesia. Sus películas siempre muestran la miseria humana, como dice uno de sus personajes en “El Bar” su nueva cinta “todos tenemos nuestras manías…” no importa la situación en que sus personajes se vean envueltos, siempre aflorará el lado más oscuro y perverso del ser humano. Eso lo tiene claro “de la Iglesia” y por lo mismo se ocupa de castigarlos y negarles el “Happy Ending” que ellos esperan.
Con “El Bar” Alex de la iglesia deja un poco de lado el humor negro que caracteriza su filmografía y nos mete de lleno en un thriller con un tercer acto notable.
Un grupo diverso de personajes se ven encerrados en un bar de Madrid sin tener posibilidad de salir, ya que el pobre infeliz que se le ocurra cruzar la mampara recibirá un balazo en la cabeza. En este primer acto el director juega con el espectador. ¿Qué película vamos a ver? Mundos virtuales, conspiración, ¿Zombis?… ojo con las imágenes que aparecen en el televisor que nos adelanta parte de la trama y nos da la respuesta sobre que debemos esperar.
Ya sabiendo a que nos enfrentamos nos entregamos a la incertidumbre pasando a ser un personaje más conectando con el miedo, la rabia y finalmente la desconfianza. Para Alex de la Iglesia no existe el “unidos saldremos de esta” si no “Yo me salvo solo y a la mierda el resto”.
Ahí estamos metidos en medio de un micro apocalipsis con el vagabundo “Israel” como una suerte de Cristo marginal observando y disfrutando el show de la miseria humana en situaciones limites donde quienes son los que tiene el “Poder” (La dueña del bar, el ex policía y el comerciante) desconfían de los que aparentan ser de no fiar, por algo el primer sospechoso es Nacho (Mario Casas) el que “parece” musulman y luego siguen, el empleado, el vagabundo, la ludópata o la chica bonita que pareciera que no sabe dónde está parada.
Si hay algo que no se le puede criticar a de la Iglesia es su amor al cine y como lo transmite en cada una de sus películas. El Bar logra generar tensión y mantenerte en constante suspenso hasta el final.
Personalmente disfrute mucho esta película y en una cartelera plagada de secuelas, precuelas, inicios, reinicios, refritos, sagas interminables es una buena alternativa que gana mucho visionándose en pantalla grande y con un buen sistema de sonido. Estamos frente a uno de los buenos estrenos del año, aproveche que desgraciadamente es probable que no dure mucho en salas convencionales.
Por Claudio Adn