Sabemos que nada (o casi nada) malo sale de Marvel, pero tengo que admitir que cuando Netflix anunció que haría una serie original basada en Daredevil se me vino a la cabeza la fallida adaptación del personaje al cine, y ya me estaba dando cosa siquiera escuchar su nombre al lado de la palabra “adaptación”. Afortunadamente, Netflix sigue dando cátedra de elecciones certeras y lograron que Daredevil, el Hombre sin Miedo de Hell´s Kitchen, querido y aun así infravalorado personaje del comic, recuperara su dignidad. Wooho!!
La historia de Daredevil, por si no la conocen, dice más o menos así: Matt Murdock (Charlie Cox) es un niño que queda ciego a causa de un derrame radiactivo de un camión mientras salvaba a una persona de morir atropellada. Su padre, el boxeador Jack “Batallador” Murdock (John Patrick Hayden), se encarga de criarlo con las reglas claras, siempre bajo el alero de la justicia, con mucho amor y poco dinero que entregarle a su pequeño hijo. Con estas escenas es como empieza la serie. Abogado de día, Murdock, junto a su mejor amigo Franklin “Foggy” Nelson (Elden Henson), tiene anhelos de hacer justicia para los más desposeídos, dentro de los márgenes legales que Columbia les ha enseñado, que son a menudo más grandes que el pago de las mismas. Sin exagerar: los pagos que reciben van desde cajas de fruta hasta pasteles. Ni pensar en pagar las deudas con aquello, claramente. De noche, este recto e incorruptible abogado se convierte en justiciero, luchando contra el mal que altera las noches de su querida Hell´s Kitchen, sin su traje característico (quizá a más de alguien le pareciera extraño esto, conociendo al personaje de antes), solo con ropa negra, un escudo invisible de un hombre sin miedo y ojos tapados.
¿Cualidades? ¡Esta serie tiene para tirar a la chuña, señores! Primero, la serie engancha desde el principio a través del excelente uso del sonido para graficar, de alguna forma, lo que siente el pequeño Matty al encontrarse con este mundo completamente caótico, lleno de ruidos por todas partes, aun sin entender que sus sentidos restantes han sido potenciados “gracias” a ese accidente. El sonido se convierte en algo trascendental en la historia, ya que nos muestra el mundo a través de los “ojos” de Matt Murdock, en su imposibilidad de ver a través de ellos, pero magnificando sus sentidos para saber que está pasando. Otra gracia de esta serie es la naturalidad con la que se cuenta la historia de Matt y del desarrollo de cada uno de los personajes que desfilan en cada capítulo. Sorprende, por ejemplo, como Wilson Fisk, interpretado maravillosamente por Vincent D´Onofrio (Lawrence en Nacido para Matar de Kubrick) se transforma en su archienemigo por antonomasia, pero sorprende aún más que cada personaje sea llevado a cabo de forma tan verosímil como para creer que son reales y no un invento de las mentes maestras de Stan Lee y Bill Everett. Y, como si fuera poco, cada capítulo se desarrolla de forma dinámica y placentera a la vista, con grandes planos secuencia de peleas que muestran la experticia en artes marciales que Daredevil posee, y esos pequeños detalles que le entrega más poder a cada capítulo.
Con solo dos temporadas (la segunda recién en emisión… ¡atentos ahí!) y con nuevos aliados que aportan más crudeza al mundo de nuestro héroe, como Elektra Natchios (Elodie Yung) y Frank Castle/The Punisher (Jon Bernthal), Daredevil se perfila como una serie madura e inteligente en su puesta en escena. En este sentido, cabe mencionar, que, aparte de los puntos señalados arriba, la excelente elección de actores es uno de los mejores puntos de esta serie, y los nuevos personajes de esta temporada no son la excepción. No me imagino a otro actor que no sea Jon Bernthal haciendo a The Punisher, por ejemplo. Solo véanlo, y se acordarán de mí.
Si de por si Netflix entiende tu adicción y sabe que un capítulo de una buena serie jamás será suficiente y que esperar otro día para ver los siguientes es demasiado tiempo, esto queda aún más en evidencia ante una gran serie como Daredevil. Devoré esta serie en pocos hermosos días de maratones y quedé con ganas de más temporadas, y creo que es lo mismo que les pasará (espero que a todos) cuando la vean y sepan porque la serie vale completamente la pena. Marvel y Netflix son grandes nombres por separado; juntos son dinamita. Ellos lo saben, nosotros lo sabemos… solo demos las gracias por el favor concebido.
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Por Natalia Martínez