Cuando estamos avanzando a paso firme y decidido por este año 2018 que recién comienza, en materia cinematográfica seguimos recibiendo las obras que cerraron el 2017 en distintas partes del globo. Son además, en gran medida, las que animan la entretenida temporada de premios en los EEUU. Este es el caso de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri o, como se anunció por estos lados, Tres Anuncios Por Un Crimen. Reciente ganadora de cuatro Globos de Oro: Mejor Película – Drama, Mejor Actriz, Mejor Actor de Reparto y Mejor Guión, además de múltiples premios en distintos festivales internacionales. Con ese currículum, habían motivos para esperarla con ansias por estos lados.
Three Billboards… es un drama duro, perverso. Así, sin matices ni medias tintas. En donde el pueblo y su forma de actuar y ver las cosas juegan un rol preponderante en el desarrollo de las cosas que allí ocurren. Es además, una especie de western moderno en donde los enfrentamientos uno contra uno están a la vuelta de la esquina. Aquí no hay pistolas, pero las balas son las palabras que no se guardan absolutamente nada. Son discursos duros, pero muy coherentes, siempre al servicio de una historia que avanza de forma perfecta hacia un final que no deja indiferente a nadie.
La historia se gatilla cuando Mildred Hayes, en una interpretación increíble de Frances McDormand, decide rentar una serie de anuncios publicitarios al costado de la carretera. En ellos, coloca mensajes relativos al nulo avance de la policía en la investigación de la violación y muerte de su hija. Este hecho provoca una serie de reacciones en el pueblo y, sobre todo, en el grupo de policías liderados por Bill Willoughby (Woody Harrelson), en donde el oficial Jason Dixon (Sam Rockwell) tiene serios problemas para controlar sus reacciones. A partir de ese punto, se desata un drama tremendamente humano en donde distintas emociones van haciendo mella en los personajes a largo de su historia.
Tres Anuncios Por un Crimen es un reflejo de lo que somos las personas cuando nos vemos enfrentados a situaciones limites. Es un desfile de emociones en el que la muñeca del director Martin Mcdonagh se luce haciendo que cada escena tenga el tiempo necesario para que todo calce de manera adecuada, sacándole el mejor partido a la gran historia que tiene en sus manos.
Para cerrar, no es fácil hacer que una historia que habla tan directamente de remordimiento, venganza y violencia, logre terminar con una leve sensación de tranquilidad y paz. Porque en medio de toda la oscuridad que rodea a estos personajes, hay un pequeño espacio luminoso para la reivindicación, el compañerismo y el amor. Allí esta el merito de Three Billboards… que se arriesga a colocar todas esas emociones en pantalla y aprueba con distinción máxima. Una historia imperdible.
Por Keno Gallardo