Si juntas a dos hermanos que crecieron viendo películas de Spielberg, Lucas, Sam Raimi, Carpenter y leyendo a Stephen King y le entregas dinero para llevar a cabo un proyecto televisivo, tendrás como resultado “Stranger Things”, la nueva serie de 8 episodios que está disponible en Netflix.
Con una puesta en escena que recuerda mucho a “Super 8” de J J Abrams, “Stranger Things” está construida en pos de homenajear a todos los individuos antes descritos: Un pueblo de Estados Unidos en medio de la nada, un grupo de niños, experimentos secretos y una criatura que anda suelta por ahí para desgracia de quienes se crucen con ella. Ok, se parece mucho al plot de “Super 8”. La diferencia está en el origen de la criatura y el ingreso de una niña con poderes psíquicos (¿Carrie?) que puede ser la única posibilidad de salvar al pueblo del monstruo que está acechando.
Un grupo de 4 amigos (niños rata hoy en día), amantes de calabozos y dragones, se ven envuelto en una “desgracia” cuando uno de ellos (Will) desaparece misteriosamente camino a su casa. La tranquilidad del pueblo se ve alterada con dicho acontecimiento, todo el mundo lo da por muerto, menos sus amigos y su madre (Wynona Ryder). La llegada de una misteriosa niña con poderes psíquicos podría ser la clave para saber donde se encuentra Will.
En sus 8 episodios los hermanos Duffer, nos van soltando pistas del paradero de Will además de contarnos mediante raccontos el origen y motivación de los personajes, dejándonos al final de cada episodio (Como ya es costumbre en las series gringas) una revelación que nos hace querer ver el próximo capítulo de inmediato. Si a eso le agregamos que Netflix liberó la serie completa, se podría visionar fácil en un día.
El homenaje a sus referentes se ve desde los créditos iniciales con una estética y música digna de John Carpenter, una exquisita banda sonora llena de hits ochenteros, y mucha referencia a E.T de Spielberg. Los Duffer no ocultan y llegan a ser extremadamente obvios en sus homenajes (ejemplo: la cantidad de afiches de películas que hay en las piezas de los protagonistas).
“Stranger Things” no es una obra maestra, sin embargo es una grata opción de recordar el cine fantástico de los 80´s cuando la imaginación era la herramienta necesaria para poder resolver la falta de tecnología en los FX, y está serie tiene un punto fuerte en no abusar del CGI y no ser grabada con cámara digital, lo cual hace un producto que perfectamente podría engañar a gente menos entrenada en formatos audiovisuales y pasar como una serie de hace 3 décadas.
Recomendada para quienes aman el cine fantástico ochentero. Disponible ya en Netflix.
Por Claudio Adn
https://www.youtube.com/watch?v=Q5jBAqz3HWE