En algún lugar de Colombia un centro de peleas de gallos está lleno de gente y en pleno combate. En las galerías, un joven de mirada perdida vende silenciosamente algunas joyas. La cámara lo sigue y nos damos cuentas que no se trataba de alhajas robadas. Su madre ha muerto y eran las pocas pertenencias que tenía las que participaron del intercambio. Entendemos que el padre no esta presente y Tato de 17 años queda completamente solo. El apoyo de sus amigos Pitu y La Crespa es lo único cercano que vemos en los primeros minutos de película. Y comenzamos a recorrer con ellos el mundo que los rodea.

El grupo de amigos es sano y hay cariño entre ellos. Van a fiestas y evitan los problemas. Tato participa de competencias de rapeo callejero mientras intenta organizar su solitaria vida. Canta en las micros para hacer algo de dinero, pero la vida no es fácil y por no pagar el arriendo del lugar donde vive, se pelea con la casera provocando que alguien comience a buscarlo a punta de pistola. Tato quiere defenderse de la misma manera, pero sus amigos le recuerdan que ellos no son así. Hay que resistir pese a que el entorno parece forzarlos a hacer lo contrario.

Tato no tiene más remedio que huir a las montañas con su abuelo materno, a quien no ha visto nunca en su vida. Al principio, este se muestra huraño, pero luego lo deja quedarse. A partir de ese momento comienza a desarrollarse una relación silenciosa pero potente. El joven se reencuentra con parte de su pasado y el abuelo ve en el chico la posibilidad traspasar un legado. Y la conexión entre ambos comienza a crecer. Las palabras son más naturales y frecuentes. Tato ya no está solo, pero aún tiene una conexión con su antiguo mundo y un secreto que puede afectarlo de sobremanera.

“La ciudad de las fieras” tiene como telón de fondo el miedo constante a la soledad. La muerte sobrevuela a cada instante la historia y las relaciones humanas parecen estar condenadas a romperse. Sin embargo, también está reflejada la esperanza en que dos mundos completamente distintos, el de Tato y el de su abuelo, puedan fusionarse para darle a todos una segunda oportunidad. De ritmo calmado, con buena mano en la dirección y contrastando el riesgo de los suburbios con la tranquilidad y seguridad del campo, esta película cuadra el destino de sus personajes de la misma manera que un rapeo callejero transforma palabras sueltas en una expresión de lucha.

Director: Henry Rincón
Países: Colombia, Ecuador
Duración: 97 minutos 

Por Keno Gallardo