Rocketman (2019)
Luego del estreno de “Rapsodia Bohemia” el año pasado, muchos quedamos expectantes esperando la llegada, este año, de la biopic de otro grande la música rock, la que nos contaría la historia de Elton John. Y es que “Rocketman”, en el papel, tenía la vara muy alta, a “Rapsodia Bohemia” le llovieron nominaciones y premios que, merecidos o no, hicieron del filme uno de los grandes sucesos del 2018.
Curiosamente “Rocketman” está dirigida por Dexter Fletcher, el mismo que llegó a terminar el trabajo de Bryan Singer, quien fuera despedido del set donde se filmaba la historia de Queen. Lo bueno es que esta vez Fletcher se arriesga y se aleja del formato clásico de la película biográfica y nos entrega una fantasía musical no sólo muy entretenida, si no que también muy emotiva y por supuesto, extravagante. Fantasía y magia usadas como herramientas narrativas, las que son totalmente identificables con el personaje principal de la historia, Elton John, uno de los artistas más importantes e influyentes nacidos en el siglo pasado.
“Rocketman”, que en realidad debería ser Rocket Man porque ese es el nombre original de la canción, es un viaje a través de la música y letra de las canciones de Elton John (Taron Egerton) y de su amigo de toda la vida Bernie Taupin (Jamie Bell). Es gracias a éstas que entendemos que el pequeño Reginald Kenneth Dwight es un pianista prodigio, rechazado y poco amado por sus padres, siempre en busca de la atención de sus progenitores y siempre queriendo ser abrazado.
Es a través de su música y letra que entendemos que el adolescente Reggie siente que él puede ser alguien más y que puede llegar lejos, aunque nadie se lo haya dicho. Así mismo entendemos que se siente solo y descuidado y que la vida le ha enseñado, a sus pocos años, que el camino es difícil y doloroso. La música y letra de las canciones nos dicen que el joven Elton, es mucho más que un rockero original, es un joven que ha sobrevivido al abandono, al dolor y a la soledad; soledad también provocada por su condición de homosexual en una época en que estaba prohibido serlo y, peor aún, confesarlo.
Como la mayoría de los artistas que se encuentran de forma repentina con la fama y el dinero que trae el éxito, Elton sucumbe a las drogas y a todos los abusos posibles, también a los encantos de su manager John Reed (Richard Madden) y, como muchos adictos, topa fondo. Es a partir de ese momento que decide enfrentar sus adicciones y por qué no, sus demonios, personificados en Sheila (Bryce Dallas Howard) su madre y Stanley (Steven Mackintosh) su padre, que no lo dejan disfrutar de su sueño hecho realidad.
No puedo dejar de mencionar las buenas actuaciones de Richard Madden, Bryce Dallas y Jamie Bell, todos prefectos y absolutamente creíbles en sus roles. ¿Y Taron Egerton?, como dije hace un par de años a propósito de su actuación en “Eddie The Eagle”, él está para grandes cosas. Egerton se apropia de personaje, dándole cuerpo y transmitiendo las emociones precisas. En ambas películas interpreta a personas que existen y la grandeza de su talento está en que no las imita, las vive.
Por mi parte, sólo puedo agregar que pocas veces logro entender el por qué en algunas películas, me quieren convencer que es normal que la gente vaya caminando por la calle, conversando y de repente se pongan a cantar y a bailar. “Rocketman” me enseñó que hay seres humanos a los que la música se les vuelve realidad, delante de sus ojos; aquellos que despiertan y se duermen, escuchando y creando música. Seres que ven la vida en forma de notas musicales, sin importar cuán difícil haya sido sobrevivir al dolor, no importando cuán roto esté su corazón. La música es su vida y su motor, la música es su salvación.
Ficha Técnica:
Director: Dexter Fletcher
Guion: Lee Hall
Protagonistas: Taron Egerton, Jamie Bell, Richard Madden, Bryce Dallas Howard
Distribuye: Andes Films
Por: Marisa Zúñiga