En 2011, Ernest Cline escribió Ready Player One, una novela inspirada en el mundo de los videojuegos -al igual que su segunda novela, Armada (2015)-, en la que se dio el gusto de hablar de todo lo que le había volado la cabeza desde su infancia (nació en 1972 en Ohio, Estados Unidos), empezando por los videojuegos, pasando por la música y terminando en las películas. Así, su obra se convirtió en una amalgama de la cultura pop de los 80’s (y parte de los noventa). La novela tuvo muy buena recepción y en 2015 nos enteramos de que Steven Spielberg trabajaba en su adaptación al cine. Lo cual atrajo bastantes miradas.
Quizás Robert Zemeckis era el otro director que podía lograr una buena adaptación de Ready Player One -porque es una buena adaptación- , pero uno no imagina, conociendo el material de origen, a algún otro director que tuviese la mano para esta tarea, fuera de estos dos. Sin embargo, es innegable una vez vista la cinta, que Spielberg era el indicado. Esto por que parece tener incorporado el cómo hacer espectáculo y, de alguna forma, siempre integra magia a su cine. Su intervención es interesante además en este caso, pues siendo alguien que ayudó a crear la cultura a que hace mención esta obra, estaba la posibilidad de caer en el egocentrismo y ponerse en relevancia más de la cuenta, pero se autoreferencia con sutileza. Adicionalmente, con otra persona a la cabeza del proyecto, esta película nunca hubiera visto la luz así de nutrida, ya que fue su productora -Amblin- la que movió los hilos para poder contar con personajes de otra casas productoras, de videojuegos, disqueras, etc. Por otro lado, Spielberg integra el modelo narrativo de cine de los 80’s a una película que es muy rápida, acorde a las exigencias del público actual. El tiempo se siente bien aprovechado, es fluída y no se hace pesada a pesar de las dos horas y veinte que dura.
La trama tiene una base bastante simple que, a grandes rasgos, comparte con otras novelas como The Hunger Games (2012), The Maze Runner (2014) o Divergent (2014): “Un adolescente ‘cualquiera’, que vive en un mundo distópico sumido en la pobreza, se enfrenta a una compañía multinacional malévola para salvar al mundo de ella”, pero en este caso, tanto Cline como Spielberg entienden que una base así de simple, no debe ser estirada más de lo necesario, por cuanto el desarrollo se realiza en sólo una novela/película, logrando una mejor ejecución. Una ejecución en la cual Spielberg brilla particularmente por su maestría. Ready Player One es una lección de cómo se debe adaptar un libro, desglosa y vuelve a armar el material original y entrega de mejor manera el mensaje, la moraleja de que: “no es lo mismo estar vivo que vivir”.
James Halliday (Mark Rylance), un programador que es un enorme fan de la década de 1980, creó OASIS, un videojuego de realidad virtual basado en su adorada época, al que la mayoría de la gente -si no es que toda-, se conecta para escapar de un derruido planeta Tierra, por allá en 2045 (el universo interno de OASIS es algo así como The Matrix (1999), pero con conexiones a conciencia). Halliday muere, y establece en un video testamento que quien descubra un easter egg (huevo de pascua) que dejó escondido en OASIS, heredará la plataforma de juegos y toda su fortuna. Wade Watts (Tye Sheridan), nuestro protagonista, está dedicado a esta caza del tesoro y será el primero en encontrar la primera pista/llave de las tres que llevan al tan ansiado premio. Pero no es el único que busca hacerse con OASIS, además de uno que otro jugador, pues Innovative Online Industries (IOI), una importante compañía multinacional liderada por Nolan Sorrento* (Ben Mendelsohn), también comparte dicho objetivo, para implementar publicidad dentro de OASIS y convertirlo en un servicio de pago.
Ready Player One es una novela que si bien no tiene tanto valor literario, es muy divertida. Es, no obstante, aprovechando esta premisa del amor por los 80’s como adquiere singularidad, al hacer innumerables referencias pop de los ochentas a música, cine, videojuegos, etc. ¿Se le puede acusar entonces de explotación de la nostalgia? Tal vez, pero al contrario de Stranger Things donde nos topamos con primeros planos a carteleras de cine porque tenemos que recordar al público la época en que estamos (eso sí es una burda explotación de la nostalgia), en este caso, la cultura pop es la base, no la protagonista. Uno de los atractivos de la película es esta misma característica.
La película, sin embargo, no es similar a la novela, la mejora. Cierto es que algunas cosas, como la batalla final, pierden un tanto debido a la falta de personajes citados en el libro y a la imaginación de uno como lector, que probablemente sólo se ha visto satisfecha por lo que hizo Peter Jackson con su trilogía de The Lord of the Rings (2001-2003), pero Zak Penn y Ernest Cline (autor del libro) deconstruyen y rearman la obra logrando una excelente adaptación. Entregan un producto fresco a quienes leímos la novela y conservan su esencia a pesar de las diferencias. Y ¡vaya que se agradecen algunas de las incorporaciones!
De forma anexa, con Ready Player One, presenciamos también el mejor port desde videojuego a película. No hablo de que ya exista el juego y lo están adaptando como pasó con cintas como Super Mario Bros. (1993), Resident Evil (2002) o Doom (2005), entre otras, sino de que tiene la misma estructura de los juegos de antaño, el avance por etapas y podemos distinguir ciertos Bosses incluso. Y el resultado es un largometraje que es mucho mejor que cualquier adaptación hecha directamente a alguno de los juegos antes mencionados (aún cuando la última Tomb Raider es decente).
Mientras veía el filme, el Score varias veces me recordó a Back to the Future (1985), y no es de extrañar pues está bajo la mano de Alan Silvestri. De igual manera, el soundtrack es muy bueno también. Pero lo que se lleva todos los premios -más que las referencias- es su apartado visual, resulta impresionante y lo recomendable es idealmente verla en la pantalla más grande a la que tengas acceso.
Quienes más la van a disfrutar serán los que vivieron la época de los 80-90’s, eso es fijo. Y tendremos que verla muchas veces para capturar todas las referencias. Sin embargo, Ready Player One es una buena película, bien desarrollada, con buen ritmo y Spielberg sabe hacer magia en su cine.
Para concluir, decir que es gratificante descubrirla y es por eso que voy a apelar a quienes ya la han visto, solicitando que no anden develando aún sus secretos (pregunte antes a su interlocutor si ya la vio, no cuesta nada). Cierto es que la película no es spoileable, pero encontrarse con los cambios, al menos para mi, fue genial y si tú lo disfrutaste tanto como yo, deja que los demás también lo experimenten de igual forma.
Gracias.
por Pedro Llantén
(a.k.a. Peter von Llantua)
*éste personaje se llama Nolan en la novela, no es que Spielberg está diciendo que Christopher Nolan “es el malo en el cine actual”, aunque era una idea bien atractiva pensar que le estaban dando una estocada con este personaje.
Ficha Técnica
Director: Steven Spielberg
Guionistas: Zak Penn y Ernest Cline (autor de la novela)
Protagonistas: Olivia Cooke, Letitia Wright, Tye Sheridan
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Janusz Kaminski
Edición: Sarah Broshar, Michael Kahn