Saw (2004), la original, dirigida por James Wan era notable. A ella le siguieron 6 secuelas que se fueron pasando a caca en la medida que le agregaban un número romano más al título de la secuela. La fórmula estaba más que agotada pero igual vendía, el personaje central está muerto. ¿Qué nos podían ofrecer 7 años después de estrenada la última película de la saga?. La respuesta es: intentar darnos lo que la original nos daba…algo tan simple como una historia.
Debo reconocer que iba pensado que vería caca seca filmada y me lleve una sorpresa al encontrarme con una cinta que intenta sorprenderme más en el desarrollo de la historia que con las muertes de los personajes metidos en el macabro juego de John “Jigsaw” Kramer.
Ese es el punto a favor que tiene esta nueva iteración (que probablemente nos dará más secuelas que irán decayendo en calidad); nos entrega una historia que nos va mostrando pistas falsas hasta el momento en que nos da un twist que nos derriba todo lo que creíamos haber “deducido” durante su metraje. Eso se agradece, porque las pelis anteriores era solo mostrar muertes rebuscadas por el gusto del gore gratuito.
Eso no quiere decir que este filme no lo tenga sangre, hay, pero en menos cantidad que en entregas anteriores.
Rescato [expand title=”SPOILER (haz clic para leerlo)”] La muerte final, la más gore, en que transforman a un personaje en el demogorgón.
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Los ripios van por el lado de los personajes, todos bastante planos y que no generan ninguna empatía. Prácticamente entiendes que John Kramer hace casi un trabajo altruista eliminado gente que en realidad es penca. Y saber que todos tenemos un lado fascista es lo que más terror da.
Por Claudio Adn