El primer volumen de GotG sorprendió con su propuesta. Una especie de opera espacial de superhéroes con un añadido interesante: La Música. En esa primera parte, La Música no solo era un adorno bien elegido. El soundtrack era parte esencial de la película, y estaba tan bien incorporada, que uno solo podía entregarse completamente a esta aventura. A todo lo anterior, hay que sumarle una historia dinámica y colorida, personajes altamente queribles y un montón de mundos (toda una galaxia, literalmente) por descubrir. En resumen una gran historia llena del ingrediente secreto Marvel: mucho humor. Fue un “hitazo” y con justificada razón.
En esta segunda parte la película vuelve a tocar las mismas teclas de su primera entrega. Sin embargo, avanza en dos elementos que fueron la base del éxito de su primera entrega: El equipo liderado por el carismático Star Lord (Chris Prat), luce mas afiatado. Todos sus personajes están bien integrados y se siente una dinámica de grupo que funciona a la perfección. Por otro lado, el elemento a destacar nuevamente es el humor. Es cierto, es una característica de este universo cohesionado Marvel, pero esta película arranca carcajadas reales. Tiene momentos tan divertidos que a veces uno olvida que esto es una película de superhéroes. En ese sentido, podemos estar en presencia de la primera “Comedia de Superhéroes” que no es una parodia. Y si esa es una definición válida, estamos ante una película que cumple con creces todo lo que se esperaba de ella.
Pero la película esta lejos de ser perfecta. Después de una escena inicial simplemente notable liderada por Baby Groot (nuevamente este personaje se roba los mejores momentos), la película muestra sus cartas con respecto a su trama. Ego, El planeta viviente (Kurt Russell) encuentra a su hijo Star Lord y lo invita a conocer el que debería ser su hogar, tentándolo además con darle detalles de su origen y su destino. Es aquí donde la película muestra un lado más sensible, a partir de la separación del grupo de superhéroes, tocando temas como la familia, la amistad, el perdón o la soledad. Sin embargo, ninguno de estos temas es tratado con la profundidad necesaria y solo nos deja los clichés que ya hemos visto tantas veces. La introducción de los nuevos personajes funciona, pero le quitan un poco de ritmo a la película y la verdad, la hacen decaer un poco, dejándola muy dependiente de las salidas humorísticas.
Para cerrar, un último tercio de película que retoma nuevamente el ritmo y nos entrega lo mejor de estos personajes. Grandes escenas de acción y un final que entre la música y su buena construcción puede llegar a emocionar hasta el más duro.
Como conclusión, el gran mérito de esta película radica en el amor por sus personajes. Marvel y el director James Gunn parecen reconocer que este grupo tiene tintes especiales y por lo mismo, la sensación que queda al final es que todos crecieron y avanzaron hacia un nuevo estado. Lo mismo ocurre con su universo. Aquí crecen los Guardianes de la Galaxia, expanden su mundo y sus personajes. El temor de que esta solo fuera una nueva película puente se esfuma rápidamente y eso siempre se agradece, sobre todo después de lo que habíamos encontrado en las ultimas entregas de este estudio.
PD: La película tiene 5 escenas post créditos. Dos son historia y las restantes son pura comedia. No tienen desperdicio.
Por Keno Gallardo.