Benjamín Vicuña y Eugenia “China” Suarez en estos momentos son sinónimo de polémica y morbo. Es por eso que este estreno en otras circunstancias no tendría tanta parafernalia en nuestra insípida farándula Chilena. Como en Cinetosocopio somos curiosos (por no decir sapos) mandamos a Sarita y Marisa a ver la película y a la conferencia de prensa. El resultado: una nueva pelea en el barro.
¿A Quién apoya usted? let’s get ready to rumbleeeeeeeeee.
Hablemos de pasión?….
El Hilo Rojo
Dirección : Daniela Goggy
María Eugenia Suarez
Benjamín Vicuña
Es una película argentina de 2016. Lamentablemente el ruido mediático de los programas de Farándula en Argentina y Chile precede este estreno como una bola de nieve. Es cuando ficción y realidad se mezclan.
La película tiene una estructura muy simple y es muy probable que el morbo y la curiosidad por ver como dos compañeros de trabajo se enamoran de verdad en lugar de “hacer como si”, lleve mucha gente al cine. El Hilo Rojo no deja más que eso: la curiosidad de estar mirando de cerca cómo nació un romance farandulero.
La historia es un melodrama liviano, lleno de clichés y absolutamente previsible. Veamos :
El guión: Es débil , podríamos decir que trata , sin éxito, de copiar a algunas buenas películas románticas. Por ej: Antes del Amanecer, Antes del atardecer y Antes del Anochecer. Ahí donde Linklater nos muestra el comienzo, la maduración y desarrollo de una relación de pareja durante el tiempo, Goggy no logra la empatía suficiente en los espectadores.
El elenco: Benjamín y China Suarez, son bellos y carismáticos. Eso hace que el trabajo de las imágenes, especialmente los primeros planos, sean más interesantes y decidores que los diálogos. Las miradas de ambos personajes son intensas. El lenguaje corporal, el tono de voz, la expresividad de las miradas (especialmente de Vicuña) dan intensidad y un tono de sensorialidad afectiva.
El soporte que brindan las actuaciones de Hugo Silva y Guillermina Valdés como las parejas de ambos es muy sólido. Ellos son igualmente protagónicos y aportan tensión y emoción a esta historia.
¿Y el amor?
Los personajes tienen un desarrollo poco profundo. El tema es un enganche por su universalidad, pero se queda en la superficie sin profundizar en las emociones ni las motivaciones de los protagonistas. Los 4 personajes son interesantes, pero mal desarrollados. Su aporte es darnos un espacio para hablar de algo que no siempre hablamos a pesar de su vital importancia: Pasión y Sexualidad.
El hilo rojo del destino ( japonés: 赤い糸), también conocido como “cordón rojo del destino”, es una creencia de Asia oriental, presente en la mitología china y en la japonesa. Además, este mito se refleja también en Occidente con las llamadas “almas gemelas”. Así, las dos personas unidas por el hilo rojo están destinadas a ser amantes, independientemente de la hora, el lugar o la circunstancia. Por tanto, este cordón mágico se puede estirar o enredar, pero nunca puede romperse. Conocemos muchas leyendas como esa, la de los seres primitivos Machihembra, que fueron separados por castigo de los dioses y que se buscan hasta encontrarse para volver a estar completos. La media naranja, tu otra mitad, etc.
Sabemos que los seres humanos somos seres completos hechos para desarrollarnos, crecer , cultivar nuestros talentos y que necesitamos amar y ser amados. Y ese ser amados nos valida.
Las motivaciones fundamentales de los seres humanos tienen que ver con los afectos. Nos mueve la necesidad de conectarnos , de establecer vínculos.
En las relaciones de pareja es lo mismo. Sabemos que la única manera de ser es : ” ser con otro/a” Necesitamos un otro que nos valide, que nos ame, nos reconozca y acompañe. La necesidad de sentirse amado es la más grande de todas. Es lo que nos da valor como ser humanos. Y nos diferencia de los otros seres vivos.
Ser pareja significa ser 3 cosas , en proporciones equivalentes : socios, amigos y amantes
Socios significa, llegar a acuerdos para la vida en común, administrar la vida cotidiana, decidir que queremos hacer, comer, comprar, como educaremos a los hijos, (si es que los tenemos) y en definitiva lograr consensos para convivir.
Los amigos confían el uno en el otro, se acompañan, comparten, se apoyan , se ayudan, ríen y lloran juntos.
Los amantes alimentan la pasión, no descuidan la intimidad, más aún la fortalecen con el tiempo.
El Hilo Rojo se trata de eso, de la pasión. Esa pulsión invasiva e inevitable que te invade y no te deja . Y que funciona claramente como un refuerzo mantenedor de la relación. La pasión es necesaria y fundamental en la vida de todos los seres humanos. Si una pareja es capaz de re-encantarse en el goce , es muy probable que esa energía sexual, tan básica, les permita mantenerse unidos y felices durante largo tiempo.
En esta película , dos personas se conocen casualmente. La atracción es intensa, de mucha química. Durante siete años no saben nada el uno del otro, a pesar que ambos se buscaron infructuosamente.
Siete años después se reencuentran. Ambos han formado buenas familias, están casados y tienen hijos y buenos matrimonios.
El reencuentro revive la pasión, inevitablemente. La intensidad, la fuerza de la pasión que nunca había muerto, solo estaba dormida por la ausencia.
La sexualidad humana no es instintiva como la de los animales. Es una fuerza arrolladora que nos lleva a ser pareja, que se cultiva , se aprende y nos lleva a construirnos como una entidad distinta a ser uno solo, a querernos y a cuidarnos. Cuando esta dimensión deja de ser importante ya no hay pareja.
Ser familia tiene que ver con cuidado y protección de los hijos hasta que estos crecen y maduran y hacen su propia vida. Son vínculos importantes que hay que cuidar y proteger. Así lo saben y lo piensan ambos protagonistas, de esta historia.
Es un gran tema .
La sexualidad y la pasión son el motor que nos mantiene unidos, más que los hijos o los proyectos comunes. Una pareja sin la chispa y el calor de la pasión …tiene pocas posibilidades de sobrevivir por sobre el tiempo y los años.
Deberes versus pasiones, Lo correcto versus lo que deseo. ¿Qué tal si lo correcto es lo que nos hace felices y gozosos?
Preguntas que todos nos hacemos …
Finalmente a pesar del tatuaje que la protagonista lleva en su cuerpo: Maktub palabra turca que significa : “Está escrito”, y que se refiera a este supuesto destino, Sabemos que el amor y su componente esencial: la pasión , la sexualidad, es un espacio de goce que se debe cuidar, compartir y alimentar y nunca, en ninguna circunstancia dejar que muera.
Por Sarita Ahumada Gallardo.
Mientras veía “El Hilo Rojo”, no pude evitar recordar “Nueces Para El Amor” (2000). Pareja que se conoce y hay flechazo, pareja que se separa por distintas circunstancias, pareja que se encuentra años después, cuando aún hay sentimientos, pero cuando ya es muy tarde para los dos, pareja que se vuelve a encontrar en las mismas condiciones pero que decide quebrar la mano del destino e intentarlo.
Aunque no pensé en “Nueces para el amor” porque son parecidas, sino todo lo contrario. De hecho, solo tienen dos cosas en común: la trama y el país de origen.
Pero bueno, a lo nuestro: “El Hilo Rojo”.
…
No, perdón, antes que eso tienen que dejarme hablar de “Nueces para el Amor”. Es una historia de encuentros y desencuentros, el primero en medio del concierto de despedida de Sui Generis (1975), donde Alicia, firme militante política y Marcelo, un adolescente romántico empedernido, se conocen y viven el más apasionado romance. Romance que se ve truncado por la vuelta del novio de Alicia y por los inicios de la dictadura militar en Argentina.
Es 1982 y Alicia y Marcelo se encuentran en Madrid, sólo para darse cuenta que el sentimiento está aún en sus corazones, aunque este momento es aún peor que el anterior. Alicia tiene a su marido desaparecido y una hija y Marcelo está casado y a punto de ser padre. La escena donde conversan y se dan cuenta que “no puede ser” es una de las más tristes que verás en una película de este género.
Y llegamos a 1990, cuando estos dos desafortunados amantes vuelven a encontrarse, esta vez en Buenos Aires, donde deciden hacer frente a este destino esquivo y egoísta que no les ha permitido ser felices.
¿Y saben qué? No les cuento más, cómprenla, arriéndenla, bájenla o pídanmela prestada, porque sí, me gustó tanto que la compré. Verán que vale la pena la molestia que se tomarán en buscarla. Verán una historia de amor llena de romance, pasión y dolor. Y verán como, sin quererlo ni pensarlo, se hace justicia a una leyenda tan hermosa como la del Hilo Rojo, entenderán el real significado que los chinos y japoneses quisieron dar a esta creencia de que tu alma gemela está unida a ti por este hilo que ni tú puedes ver, que puede enredarse, estirarse, pero nunca cortarse. Verán una historia de amor contada, desde su inicio hasta su fin, con toda la pasión, profundidad y ternura con la que una historia de amor debe ser contada, les aseguro que las lágrimas de Cecilia y Marcelo harán brotar lágrimas en sus ojos.
Y… en fin, a lo que nos convoca, “El Hilo Rojo”, película con la que se rompe la larga tradición de traer a Chile sólo las películas argentinas buenas.
¿Razones para que “El Hilo Rojo” llegue a Chile, entonces? Bueno, aparte de las obvias, el protagonista es el único, grande y nuestro Benjamín Vicuña, tal vez el actor chileno más exitoso del momento, quién viene precedido del escándalo que todos conocemos, y de ahí la parafernalia, alfombra roja, conferencia de prensa etc., los medios trastornados con la posibilidad de ver a la “pareja del momento” y preguntarles lo más posible sobre su relación. “Pareja del momento”, famosa por las razones equivocadas. Y que seguramente, a partir de esta película, doblarán su fama y valor.
“El Hilo Rojo” cuenta la historia de Manuel (Benjamín Vicuña) y Abril (Eugenia Suárez), en donde su hilo rojo está más corto que nunca cuando, uno al lado del otro, se encuentran escuchando la misma canción de Amy Winehouse, a la espera de un vuelo a España, donde ella es azafata y él es pasajero. Un Manuel que le tiene miedo a volar y una Abril que debe ser la auxiliar de vuelo más bonita y sexy de todos los tiempos. Él se acerca, conversan y se dan los besos más apasionados que una azafata en cumplimiento de sus funciones puede darse con un pasajero. Entonces, por razones ajenas a su voluntad, se separan.
Luego el hilo se estira a través de la cordillera de Los Andes y cada uno vuelve a su país. Pero a Manuel, al parecer, el hilo le hace doler el tobillo de tanto estirarse, porque, incomprensiblemente, decide cambiarse a vivir a Buenos Aires, a pesar de que es Enólogo y sus viñas están en la zona central de Chile.
Desde aquí ocurren algunas situaciones que los alejan y acercan, en donde la pasión se nos confunde con la calentura y en donde nos tratan de demostrar que los protagonistas sufren, aun cuando sus lágrimas son tan frías como la lluvia que cae convenientemente cada vez que la trama lo necesita.
No les voy a contar más porque sé que la irán a ver, de hecho, el fin de semana pasado le ganó en taquilla a los “X-Men” en Buenos Aires y eso me dice que obviamente aquí en Chile pasará lo mismo. Nada le gana a la promoción bambalinéstica que esta película tiene.
Pero debo darles mi opinión, y para eso voy a usar la tag line de la misma película, “uno no elige de quién se enamora”. Casi cierto, pero lo que es muy cierto, es que uno sí elige ir a ver una buena o una mala película, si está dispuesto a gastar las 4 lucas de la entrada para ver una película que, si bien es rica en producción y dirección (está bien dirigida, porque en cuanto a la actuación, es lo que hay, no es culpa de la directora), es pobre en lo esencial: la historia que nos quiere contar. Y creo que en ese sentido tengo el deber de por lo menos avisarles con lo que se van a encontrar.
Verán una película en donde el paisaje, la música y los cambios climáticos tienen mucho más importancia y valor que un guion lleno de clichés y de lugares comunes, porque por supuesto que tenemos escenas de amor y llanto bajo de la lluvia torrencial, y porque obvio que una anciana sabia y desconocida les habla sobre la leyenda del hilo rojo… ¡Valor!
Lo importante es que no tienen de qué preocuparse, no se van a encariñar con los personajes, ni sufrirán con ellos. Tendrán a Vicuña como siempre actuando de Benjamín y Eugenia aprendiendo a ser la China. Y, aunque la atracción entre Vicuña y Suárez (¡¡para lo que no tuvieron que actuar porque se enamoraron ahí!!) es evidente, ni sus tonos de voz, ni sus diálogos son lo suficientemente de peso como para involucrarnos; no hay emoción, ni pasión, ni ternura, ni motivos. Sólo, como ya dije, la calentura de dos seres ABC1, inmaduros y banales que creen que están viviendo la historia de amor de su vida.
Eso. Y para mí, misión cumplida, el resto es de responsabilidad de ustedes.
Por Marisa Zúñiga