El conjuro se estrenó el 2013 y nos introdujeron a los Warren y a la “celebre” Annabelle, personaje que sirvió como excusa para contar otra historia. La película costó 20 y recaudó 319. Negocio redondo. Armaron el universo unificado y la muñeca satánica, ya estrena su tercer spin off. En esta entrega nos metemos en la casa de los Warren y en su peculiar “museo del horror”.
Los Warren se van unos días de la casa dejando a su hija al cuidado de la clásica babysitter gringa. La niña al igual que su madre tiene la habilidad de ver presencias. La comunidad ya sabe cual es la ocupación de los Warren, por lo que una amiga de la babysitter aprovechará la oportunidad, para buscar dentro de los artefactos poseídos guardados en su museo, algo que le permita contactarse con su padre recientemente fallecido. Obviamente y a pesar de todas las advertencias, abrirá la caja de vidrio que contiene a Annabelle, y ya sabemos que pasa con la muñeca suelta por ahí.
La mayor fortaleza de este universo cinematográfico es que busca generar terror, sin más pretensiones que hacer pasar un “mal rato” al espectador, aunque han tenido guatazos como “The Nun” y la primera “Annabelle”. Si buscas solo una peli que te haga sentir incómodo en el asiento “Annabelle 3” te va a gustar. Adolecentes tomando decisiones estúpidas, que conllevan a un poco menos de 2 horas de espíritus, demonios, monstruos y jumpscares.
Annabelle Comes Home está hecha para destacar en la franquicia a Judy, la hija de los Warren. Quien supongo tendrá algún rol importante en la próxima entrega de “el conjuro”. Los demás personajes, son un tanto inoperantes, su presencia solo se justifica para ser asustados y dejarnos en claro que, sin los Warren ahí. Esa casa es el lugar menos indicado, para criar a una niña.
Por Claudio Adn