En plena Guerra Mundial I, el joven soldado inglés Blake (Dean-Charles Chapman) es enviado a una misión imposible: cruzar por un campo recientemente abandonado por los alemanes y entregar un mensaje que evitará un ataque planeado con información equivocada y que podría costar la vida a los 1600 ingleses que conforman el batallón. Blake puede ir acompañado de un solo soldado y, sin mayores motivos, elige a su compañero accidental de siesta, Scofield (George MacKay). Se le informa Blake que debe llegar muy temprano en la mañana siguiente y la motivación para cumplir su misión, es que entre los 1.600 soldados en peligro de morir, se encuentra su hermano.

“1917” es una historia simple, sin grandes giros y bastante plana narrativamente hablando. Es en la técnica usada para filmarla, en la dirección de fotografía y edición, donde está la excelencia de la que todos hablan. En una astuta decisión, Mendes nos muestra esta historia en lo que pareciera ser una sola toma, separada en dos solamente por un momento de inconciencia de uno de los protagonistas. La experiencia se vuelve interesante al ponernos Mendes al lado, adelante o atrás de los dos soldados, nunca lejos, por lo que nos hace participar y sentir que vamos acompañándolos en esta aventura, con la presión de saber que, si no lo logran y mueren en el camino, un batallón completo de soldados será masacrado.

Si bien en “1917” hay grandes momentos, éstos son logrados con la música de Thomas Newman y las imágenes y edición de la gran dupla Deakins – Smith, ellos logran perfectamente el efecto que busca el director, con cero fallas. El problema es la historia. A mi me parece que una gran película puede perfectamente ser grande sin la parafernalia de la técnica, sólo necesita contar una historia interesante, ni siquiera diferente. Pero si Mendes basa toda la importancia de su película en la técnica de filmación, sin preocuparse en ahondar en los personajes, me parece una película a medias. Se queda corto en lograr que los personajes me interesen lo suficiente, a pesar de la buena (no excelente) actuación de los jóvenes, se queda demasiado corto con los mandos altos, quienes tienen cero relevancia, por tiempo en pantalla y por su actuación tan poco acorde con la situación que estaban viviendo y las decisiones que les toca tomar.

Recomiendo de todas maneras ver “1917” en el cine, vale la pena porque visualmente es todo un espectáculo, eso si que, al menos a mi, me dejó con un gran dolor de cabeza.

Por: Marisa Zúñiga

FICHA TÉCNICA

Director: Sam Mendes

Guión: Sam Mendes

Protagonistas: Dean-Charles Chapman, George MacKay